*Eduardo Carlezzo, abogado, socio director del estudio jurídico Carlezzo
Advogados, con sede en Sao Paulo - Brasil, experto en derecho deportivo y
negocios del fútbol, autor del libro Derecho Deportivo Corporativo
@carlezzo.advogados
*Joe Bonilla Gálvez, abogado, socio y director de las áreas de derecho
laboral y de derecho deportivo de Muñoz Tamayo & Asociados, con sede en
Bogotá - Colombia
mercado deportivo mundial se vio sacudido por el anuncio, el 4 de
agosto, de que La Liga española ha vendido el 10% de sus operaciones a
CVC Capital Partners por 2.700 millones de euros, lo que lleva a una
valoración de La Liga en 27.000 millones de euros. Es un acuerdo sin
precedentes en la industria del deporte, en todos los aspectos de la
transacción: una liga de fútbol que vende participaciones a un tercero, uno
de los mayores fondos de capital privado que se une a una de las top 5 ligas
de fútbol, el valor de la inversión y la evaluación de la liga.
Es posible observar que existe una enorme liquidez a nivel internacional,
especialmente en el mercado norteamericano, para la inversión en
deportes, no solo para la compra de clubes, y no necesariamente fútbol,
sino también para inversiones en empresas que tienen productos
tecnológicos relacionados con el deporte y apuestas deportivas.
En paralelo a este hecho, y siendo también una de las fuentes de esta
liquidez, existió un auge en los Estados Unidos de América en la recaudación
de fondos a través de Empresa de Adquisición con Propósito Especial o
SPACs para inversiones en deporte.
Y este flujo de inversiones viene empaquetado en forma de private equity
y apunta a dos negocios: inversión en clubes e inversión en ligas.
Cuando miramos a los clubes, vemos que, en diciembre del año pasado, ALK
Capital compró el club inglés Burnley. En Francia, el Burdeaux es controlado
por King Street Capital Management y Nancy por New City Capital. Elliot
Management Corporation, un gestor de aproximadamente $42 mil
millones, es el propietario de Milán. A finales de 2019, Silver Lake compró
el 10% del City Football Group (un holding que reúne al Manchester City,
New York City y otros nueve clubes) por $500 millones.
En marzo de 2021, Fenway Sports Group, conocido por poseer Liverpool y
Boston Red Sox, vendió una participación accionaria a RedBird Capital
Partners, lo que resultó en la valoración de Fenway de $7.3 mil millones.
En junio de este año, el Atlético de Madrid, a través de su holding
controladora, anunció la entrada de Ares Management Corporation, que
gestiona a nivel mundial unos $227 mil millones, pagando 180 millones de
euros por el 33,96% del Atlético HoldCo.
La MLS no pudo quedarse atrás y aprobó a finales del año pasado nuevas
reglas que dejan espacio para que los inversores institucionales (léase
private equity) compren hasta un máximo del 20% de las acciones de un
club.
Estos movimientos de capital internacional son interesantes desde una
perspectiva geopolítica, porque lo que hemos visto en la última década, o
un poco más que eso, fueron adquisiciones de clubes de fútbol,
especialmente de los más grandes, concentrados en manos de las familias
reales de Oriente Medio, rusos y chinos. Ahora tenemos un nuevo jugador
en el mercado, que son los fondos de capital privado estadounidenses.
Pero no solo los clubes de fútbol son vistos como activos de inversión, ahora
las miradas también se vuelven hacia las ligas de fútbol, como quedó
clarísimo en el caso español. Tradicionalmente, las ligas se constituyen
teniendo como socios e impulsores de sus actividades, solamente los clubes
de fútbol que disputan la competición organizada por la liga, sin ningún
miembro externo. Sin embargo, esto cambiará.
Es importante tener en cuenta que antes de la operación en España, la liga
alemana mantuvo conversaciones con fondos de capital privado para una
posible venta de una participación minoritaria en dos subsidiarias, cuyos
negocios implicaban la licencia para cesión de derechos comerciales,
deportes electrónicos y operar y distribuir partidos a través de la plataforma
OTT. Los clubes han decidido, por el momento, suspender las
negociaciones.
La liga italiana ha estado en negociaciones avanzadas con CVC Capital
Partners, Advent International y Fondo Strategico, en un acuerdo que
llevaría a la liga el monto de 1,7 mil millones de euros a cambio de una
participación del 10% en una empresa que se crearía para administrar los
derechos comerciales y de medios de la liga. El negocio no salió adelante
este año, ya que hubo un desacuerdo entre los clubes italianos.
No podemos dejar de recordar el rotundo, pero infructuoso lanzamiento de
la Superliga europea, que era financiada por JP Morgan.
¿Qué pasa con Brasil en todo esto?
Desde una perspectiva local, aunque 99% de los clubes sean constituidos
como asociación, finalmente este día 6 de agosto se aprobó una ley, que
será un marco regulatorio para la transformación de los clubes en Sociedad
Anónima del Fútbol, lo que será un inductor de nuevos negocios en el
sector.
Además, llamó la atención de todos, en junio de este año, el anuncio de que
los clubes finalmente quieren crear una liga nacional para gestionar las
Series A y B del Campeonato Brasileño. Pronto surgió la noticia de que los
fondos y gestores de recursos extranjeros tendrían interés en llevar a cabo
alguna negociación con esta entidad en gestación, que tendrá, entre otras
tareas, la competencia para negociar colectivamente un nuevo acuerdo
para la transmisión de los juegos a partir de 2025.
Actualmente, la gran mayoría de los recursos invertidos en estas
transacciones se originan en los Estados Unidos y van hacia Europa.
¿Llegarán a Brasil? Entendemos que sí. En menor escala y velocidad, pero
se percibe, claramente, que en los últimos meses los clubes brasileños poco
a poco comienzan a entrar en el radar de los inversores extranjeros. ¿Cuál
es el perfil de este inversor? Suele ser uno que pretende replicar una
estrategia similar a la implementada por el City Football Group y comprar
clubes en diferentes países. ¿Cuál es la estrategia en Brasil? Buscar el
talento, a los mejores jugadores y llévalos a Europa o Estados Unidos de
América, generando ganancias deportivas y financieras con estos traspasos.
¿Qué está ocurriendo en Colombia?
Frente al caso colombiano, en los últimos años, se ha consolidado una
tendencia de interés de fondos de inversión colectiva en los clubes
profesionales (frente a la existencia de condiciones favorables para la
inversión, vale la pena anotar que 32 de los 35 clubes profesionales son
sociedades anónimas). Según se ha reportado en distintos medios de
comunicación, ha existido un gran interés de fondos de inversión
constituidos en el exterior en clubes como el Deportivo Independiente
Medellín, el Atlético Huila, el Once Caldas y el América de Cali.
Esto aunado a que, desde hace algunos años, el principal accionista de Azul
& Blanco Millonarios F.C. S.A. es el fondo de inversión Blas de Leso
Inversiones SL. Incluso, más recientemente se materializó un convenio
entre un fondo de inversión extranjero y un club de segunda división del
fútbol colombiano para el desarrollo de sus academias.
Ahora bien, frente a la posibilidad de que un fondo de inversión inyecte
capital y sea participe de los ingresos del fútbol colombiano, en primera
medida vale la pena aclarar que en Colombia existe una estructura
organizacional en la que la división profesional es una persona jurídica
independiente de la Federación Colombiana de Fútbol. Bajo este
entendido, es la división profesional quien tiene la facultad estatutaria de
disponer de la explotación civil y comercial de cuantos derechos y
productos sean inherentes al fútbol profesional colombiano o consecuencia
de las competiciones que ésta organice.
Dicho lo anterior, la incursión de un fondo como CVC en la división
profesional colombiana tendría la ventaja de contribuir a mejorar la
estructura de explotación de los derechos derivados de las competencias y
ofrecería liquidez a los clubes colombianos que se enfrentan a una profunda
crisis económica.
No obstante, el reto principal es encontrar un mecanismo para explotar de
forma global los derechos que se derivan de las competencias de DIMAYOR,
que, actualmente, han sido licenciados a distintas compañías a través de
acuerdos de mediano y largo plazo; así como también el hecho de que el
fútbol colombiano parece atravesar una transición que, eventualmente, se
derivará en la modificación de la manera como se reparten los derechos
audiovisuales entre sus clubes.
En este orden de ideas, a nuestro juicio, todo lo anterior se constituye como
un escenario inmejorable para que, a través de la incursión y de la inyección
de capital de un fondo de inversión, se incorpore un vehículo a través del
cual se logre consolidar una explotación conjunta de los derechos
audiovisuales, de apuestas, de videojuegos, entre otros, con el fin de
maximizar su valor y hacer más eficiente, ágil y lucrativa su
comercialización.
¿Y este matrimonio, entonces, llegará lejos?
Considerando el tamaño de la inversión realizada por CVC en La Liga, que
podría tener el efecto secundario de desbloquear operaciones de inversión
que fueron suspendidas o canceladas en otras ligas, hay razones suficientes
para imaginar que tenemos un horizonte de largo plazo bien definido, que
sin duda será un inductor de más negocios en el sector, tanto en ligas como
en clubes. Al fin y al cabo, cualquiera que entre a invertir en fútbol sabe que
está entrando en una operación a largo plazo.